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Querencia carnal




En el autismo de la noche.
Cuando el verso se calma
para vomitar solo prosa.
Cuando se guarda el ajedrez
para jugar a las damas.
Cuando la mirada se posa
en los prostíbulos de internet.
Cuando buscas esclavas
y prefieres el negro al rosa.
Cuando el verbo yacer
se conjuga en la cama.
Cuando las putas son diosas
que te hacen enloquecer,

y la querencia carnal
con el delirio se desposa
para luego fallecer.

En el autismo de la noche.
Donde habita la clausura
sin color, sin verbo, sin diosas.
Donde desnudas tu ser
para que descanse el alma.
Donde repliegas las alas
esperando el amanecer.
Donde la palabra es muda
y los silencios baladas.
Donde la llama de ayer
se despertó viuda.
Donde una brisa de cenizas
será viento al anochecer,

para volver a las miradas
que se esconden lascivas
tras los prostíbulos de internet.



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